Las lecciones de Birgitte Nyborg

María Elvira Rodríguez

Sí, sé que Borgen es una serie televisiva y que Birgitte Nyborg es un personaje de ficción, creado para esa serie. Pero lo que es innegable, es que ese personaje (o quien construyó al personaje) nos da a los que nos dedicamos a la comunicación, marketing y análisis político, una serie de elementos para estudiarlos, comprenderlos e implementarlos en nuestra labor.

Birgitte Nyborg es un personaje que escenifica a una mujer que se dedica a la política en Dinamarca. Bajo las reglas de Dinamarca, que es muy diferente a lo que ocurre en nuestros países. Sin embargo, la serie Borgen no hace ver al mundo de la política tan inhumano y perverso como si lo hacen los guionistas de House of Cards. Simplemente hace ver a la política como lo que es: una profesión que tiene sus reglas particulares y especiales, ni malas ni buenas, simplemente sus reglas propias, donde hay juegos de poder, traiciones y acuerdos. Como toda profesión. Como la vida misma.

Birgitte Nyborg es la líder de un partido minoritario, y como tal, cabeza de lista en las elecciones donde en principio no tenía oportunidad de ser primera ministro sino diputada. Sin embargo, como ocurre en la política con regularidad, el resultado de la elección terminó siendo muy complejo, y luego de una serie de negociaciones, la reina de Dinamarca le encargó a Nyborg formar gobierno.

¿Cómo logró Birgitte Nyborg que le encargaran formar gobierno cuando no había ganado las elecciones? Primero, con su actitud. Desde que comienzan las negociaciones, Birgitte Nyborg tiene claro que el objetivo del político es llegar al poder (y deberíamos agregar que debe ser para hacer el bien a la comunidad pero no todos buscan el poder para eso. Pregúntenle a los populistas). Así que, Birgitte Nyborg sin tener los votos pero siendo candidata busca estar en la palestra, que sepan que ella está ahí. Atiende con amabilidad a los medios de comunicación, transmite alegría y seguridad y ese sentimiento se traslada a la opinión pública. Y por ende, a los otros Partidos que están también negociando y que igualmente buscan el poder.

Ella aprovechó una oportunidad única, una que solo se le presentaría una vez: la atacaron en un debate con juegos sucios y logró no solo salir airosa sino usar la situación a su favor. Esto demuestra que en política las oportunidades hay que aprovecharlas sin dudar.

Además, Birgitte Nyborg negocia con todos los Partidos. Abre ronda de diálogo con todos. Ahí da la sensación de que hará lo mismo con los ciudadanos: que estará abierta a todo quien quiera plantearle una situación pública. Pero ella no es ilusa ni inocente. Sabe que debe tener prioridades en esa ronda de conversaciones, por lo que busca primero reunirse con los Partidos con los que su electorado pueda sentir más afinidad. El orden de los factores, en política, afecta al producto.

Y en esas conversaciones entre Partidos, se juegan las cartas de los interlocutores y sus pesos. En una de las reuniones, otro Partido envía a un representante que no es conocido por nadie, que pareciera no tener ningún tipo de peso en la opinión pública y eso es tomado (acertadamente) como un mensaje de que se le da poca importancia a la alianza con el Partido de Birgitte Nyborg. Esto permite tener cierta claridad en lo que quiere o no quiere la contraparte.

En esas negociaciones, la protagonista está negociando, jugando sus cartas de poker. Omite algunas cosas para hacer ver una presunción de poder con la que no contaba al inicio de las conversaciones. Improvisa con velocidad para tratar de mantenerse liderando la negociación y no dejando que la marea determine el pacto. Por ejemplo, el líder de un Partido bloquea la negociación porque en el documento definitivo falta un ministerio. Birgitte Nyborg le indica que ha sido un descuido y que cuenten con el Ministerio de Asuntos Exteriores. Ella lo omitió intencionalmente para tratar de lograr un cargo más a su Partido.

Además, la serie nos enseña que la política es un juego constante de negociaciones. En la serie Birgitte Nyborg logra el cargo de primera ministra mediante un gobierno de coalición. Y ella se pasa todo el tiempo buscando apoyos para consolidar su gobierno, que de por sí es frágil por ser de coalición y no de un solo Partido, ya que se integra por Ministros de distintos Partidos que mucha veces tienen ideas muy disímiles.

Aquí Birgitte Nyborg nos enseña que en coaliciones no siempre se logra lo que nos planteamos. Que muchas veces se puede solo lograr una parte y que no por pactar con personas que no piensen exactamente como lo hace mi Partido implica renuncia de los ideales. La política según Borgen (y según el deber ser) es negociación y búsqueda constante de consenso. La protagonista no deja de ser fiel a sus principios y al proyecto colectivo que representa, lo que la lleva incluso a momentos dolorosos como sacrificar a un ministro de su máxima confianza en aras de la estabilidad del gobierno y del proyecto político. Ella mantiene sus convicciones, sí, pero sabe cuando la realidad demanda una postura más práctica.

De hecho, la serie da un interesante vuelto mostrando primero las negociaciones por cargos, pero luego por ideas e ideales. Debates entre ministros para la implementación de políticas públicas en materia de impuestos y gasto público son constantes en la serie, y como el gobierno busca salir airoso de esas negociaciones son el elemento más interesante de toda la producción.

Otra de las muchas enseñanzas de Birgitte Nyborg es su capacidad de delegar. Ella delega en su equipo, les da poder y permite que tomen decisiones. Estos se equivocan a veces, como es normal, y ella asume las responsabilidades pero le permite a su vez generar mejoras a lo interno.

Son muchas otras las lecciones que la serie Borgen, y especialmente su personaje principal, nos deja a los que nos apasiona la política y la entendemos como un área del conocimiento científico y una profesión. Pero fundamentalmente, Birgitte Nyborg nos demuestra las vicisitudes de la política, como esta afecta incluso a nivel personal y como esta ciencia puede ser tan limpia, complicada y problemática como cualquier otro quehacer humano.

2 comentarios en “Las lecciones de Birgitte Nyborg”

  1. Yolanda Vanegas R.

    Excelente análisis de la interesante serie sobre Birgitte Nyborg y su incursión en la politica. Realmente se aprende, tal como lo expone Maria Elvira, que en política las oportunidades son únicas y hay que saber aprovecharlas.
    Estaremo atentos, entonces, a los análisis y enseñanzas de Policreativa Consultores.
    Muchas gracias.

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